-¿Cómo estás?
-
D
̶
e
̶
s
̶
t
̶
r
̶
o
̶
z
̶
a
̶
d
̶
a
̶
.
̶
R
̶
o
̶
t
̶
a
̶
.
̶
H
̶
u
̶
n
̶
d
̶
i
̶
d
̶
a
̶
.
̶
D
̶
e
̶
r
̶
r
̶
o
̶
t
̶
a
̶
d
̶
a
̶
.
̶
̶
H
̶
e
̶
r
̶
i
̶
d
̶
a
̶
.
̶
I
̶
n
̶
ú
̶
t
̶
i
̶
l
̶
.
̶
D
̶
e
̶
s
̶
i
̶
l
̶
u
̶
s
̶
i
̶
o
̶
n
̶
a
̶
d
̶
a
̶
.
̶
D
̶
é
̶
b
̶
i
̶
l
̶
.
̶
̶
C
̶
a
̶
n
̶
s
̶
a
̶
d
̶
a
̶
.
̶
I
̶
n
̶
f
̶
e
̶
l
̶
i
̶
z
̶
.
̶
S
̶
o
̶
l
̶
a
̶
.
̶
Bien.
Siempre
la misma pregunta, siempre la misma mentira.
A
veces resulta imposible explicar a otras personas como te encuentras en un
preciso momento, no porque no confíes en ellas, sino porque no hay palabras que
definan lo que sientes.
Las
mentiras, las desilusiones, las promesas rotas, las falsas esperanzas, sueños
destrozados, amores marchitados, tu mundo hecho pedazos… ¿ qué más? Siempre es igual, nunca salen las cosas como
uno quiere, nunca puedes confiar en el destino, le justa jugar a hacernos creer
cosas que realmente son lo contrario.
Pero,
¿ qué más da? Una se va acostumbrando a todo esto. Una se va acostumbrando a
que, cuando crees que eres realmente feliz, alguien venga a demostrarte lo
contrario, a hacerte daño, a hundirte. Y aunque por fuera aparientas ser
fuerte, que nada de eso te importa, que no tienes corazón para que no puedan
rompértelo, que nada te hace daño,… en el fondo no es así. En el fondo solo
quieres a alguien que te abrace y que te diga que todo va a salir bien, alguien
que te apoye en cada momento, alguien que te abrace tan fuerte que vuelva a
unir todos tus pedazos rotos. Y solo quieres gritar, escapar, desaparecer, huir
muy lejos de donde estés,… pero no puedes. Hay algo que te tiene atrapada y no
te deja liberarte, por lo que no puedes hacer nada, tan solo seguir donde
estás, fingiendo que todo va bien, que tu vida es perfecta cuando en realidad
no lo es, y tan solo puedes esperar que llegue alguien a tu vida para cambiarlo
todo, porque en realidad, las cosas llegan cuando dejas de buscarlas.
A
veces el silencio es nuestro grito más fuerte…
Es
irónico saber que la persona que más feliz te hizo, es ahora la que más dolor
te provoca. Porque así como llegó se fue, con sus promesas rotas y haciendo lo
que dijo que nunca haría.
Cuando
más necesitas a una persona, más lejos ves que está de lo que realmente
pensabas.
En
algún momento te darás cuenta que has hecho demasiado por alguien, que el
siguiente paso sólo puede ser pararse, dejarlo solo y alejarte. No es que estés
renunciando o que no hayas luchado con suficientes fuerzas, es que debes
entender que has sobrepasado el límite, y ya no puedes hacer nada más.
Pero
ahí sigues tú, ahí sigo yo, esperando que algún día pase algo, que algún día
todo vuelva a ser como antes, que esa persona vuelva,… pero ten claro una cosa:
si algo es realmente tuyo, lo será. No importa el tiempo, ni la distancia, ni
nada, pero volverá a ti. Y si algo no te pertenece, no importa cuanto luches
por él, porque nunca lo podrás lograr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario