sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo XVII- No estás aquí para complacer a nadie, solo para cumplir tu misión.


¿Para qué hemos venido al mundo?
¿Para tener una familia?, ¿para salvar vidas?, ¿para enseñar nuevos conocimientos?, ¿para ayudar a quien más lo necesite?, ¿ o para cambiar el mundo tal y como lo conocemos ahora? Cada persona tiene su propia misión: al nacer se le asigna, y muere cuando la ha cumplido. Todos nacemos por algo, para conseguir una meta muy importante de la cuál no somos conscientes del todo y pensamos que no la podemos conseguir, aunque siempre a estado más cerca de lo que nosotros pensamos: la felicidad.
Cuando pienses que nada te sale bien, que no vales nada, que estás triste y deprimido sin ninguna razón, o cuando todo lo ves negro, piensa que estás aquí por algo, y que tu momento aún no ha llegado, pero llegará. Algún día alcanzarás todas tus metas, encontrarás la verdadera felicidad, y lograrás cumplir tu misión.
 Todo llega a su tiempo. Disfruta de las oportunidades que te ofrece la vida, vive cada día como si fuera el último, sueña como si no existiera el mañana, y sobre todo, sonríe. Una sonrisa es capaz de derribar miles de muros y obstáculos que se interpongan en tu camino. 
Aun a veces no seas capaz de sonreír, inténtalo, aunque solo sea para ocultar tus problemas. Recuerda que la sonrisa más bella llega después de la lágrima más dolorosa. 
No estás aquí para complacer a nadie, solo para cumplir tu misión. Sé tu mismo, y sé feliz. 
Olvida las heridas, acepta los retos, supera los obstáculos, sonríe ante todo, y conseguirás hallar la felicidad. Pero sobre todo, tienes que ser fuerte. Nunca lo olvides.

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