domingo, 21 de julio de 2013

Capítulo X- Palabras con el poder del dolor



Día a día, los insultos han pasado a formar parte de nuestro vocabulario. Cada vez que nos enfadamos o algo nos sale mal siempre acabamos insultando, ya sea a quien sea, pero lo acabamos haciendo. Es algo espontáneo, y a veces los decimos sin darnos cuenta. Estamos tan acostumbrados a escucharlos y a decirlos que en ocasiones no somos conscientes de ello, ni tampoco nos fijamos en el dolor que podemos causar con ellos, ya sea queriendo o sin querer. Las palabras pueden llegar a tener más dolor que veinte puñetazos, sobre todo si la dice una persona importante para nosotros.
Pero para el quien lo dice solo es un insulto, “una broma” o una palabra sin significado, pero para quien lo recibe es lo que le quita las ganas de todo. Insultar no nos hace mejores, sino todo lo contrario. Insultando a una persona ,ya sea por su físico o no, no llegarás a ser mejor que ella. Cada uno es como es, con sus virtudes y defectos, y tenemos que aprender a respetarnos tal y como somos. A veces, las palabras “sin ofender” significan: “quiero insultarte pero sin que te enfades conmigo”, pero todo sería mejor si nos ahorrásemos tantos insultos, porque al fin y al cabo, ¿qué se gana con ellos? Nada, absolutamente nada, excepto mucho dolor para la persona que los recibe.
A nadie nos gusta que nos insulten. Con ellos solo conseguimos destrozarnos por dentro y sentirnos peores. Tardas segundos en insultar a una persona, pero quizás a ella le llevará toda una vida para reparar ese dolor. Por eso, piensa bien antes de insultar.

lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo IX- Metas



Desde pequeños nos proponemos estudiar alguna carrera, hacer algo importante de mayores, llegar a ser alguien en el futuro… nos ponemos metas. Pero desgraciadamente, cuando te estás “haciendo mayor”, hay personas que tiran la toalla, porque consideran su meta “imposible” y creen que nunca podrán alcanzarla. Pero no, no hay nada imposible, solo hay que luchar por lo que quieres y nunca renunciar a tus sueños. Quien quiere algo, algo le cuesta, esto es así. Las cosas no te las pueden poner fáciles, y si algo es difícil, es porque realmente vale la pena. Tienes que tener fuerza de voluntad y sobre todo decirte a ti mismo: Si esa persona pudo, yo también puedo. Lo difícil se consigue, y lo imposible se intenta con todas tus fuerzas hasta conseguir hacerlo posible.
Una persona sin metas, es una persona sin futuro. Los fallos que se cometen a lo largo de la vida se deberían de usar como motivo para seguir intentando alcanzar tus metas, no como un pretexto o excusa. Y mientras mantengas la vista en tu meta, no habrá obstáculos que te detengan para conseguirla.
Los sueños, por muy lejanos o imposibles que nos parezcan, pueden ser posibles si te esfuerzas y nunca te rindes; si te caes, te vuelves a levantar las veces que hagan falta para seguir hacia delante. Si lo que queremos sería fácil de conseguir, las metas serían totalmente absurdas.
No dejes que los comentarios de los demás te hundan, tú sabes quien eres y todo lo que puedes conseguir si te lo propones.
Recuerda que el único que puede decir si eres capaz o no de realizar algo eres tú mismo, no los demás.
Nuestro esfuerzo por alcanzar una meta siempre dependerá de la importancia que esta tenga sobre nosotros.