viernes, 27 de diciembre de 2013

Capítulo XVIII - ...Y hemos soñado quizás más de lo que deberíamos.



La vida… ¿qué es la vida? Es un tren en el que nos subimos en un instante cualquiera, y en el que viajamos hasta esperar llegar a nuestro destino, donde suben y bajan distintas personas que conocemos y consiguen marcarnos un antes y un después en nuestra corta existencia; en él hacemos varias paradas, conocemos lugares nuevos, y volvemos a entrar para proseguir nuestro camino cambiados, distintos, más adultos. Y cuando al fin hemos llegado a nuestro destino, toca despedirse de las personas que has conocido a lo largo del viaje, y decirles adiós para siempre.
La vida puede ser un túnel oscuro en el que nos encontramos completamente perdidos, y esperamos ver alguna luz por dónde poder salir y hallar la libertad.
Es un suspiro de amor, alegría o desesperación.
Es una montaña rusa dónde te puedes encontrar con numerosas curvas, con lugares altos y también bajos.
Es una buena maestra, que te enseña mil lecciones cada día, y si no te aprendes la lección, te la repite tantas veces como te sean necesarias.
La vida es un eterno desafío, como subirte a un Ring de boxeo y dar lo mejor de ti, luchar hasta que no te quedan fuerzas, protegerte de golpes y atacar lo más fuerte que sea posible, para lograr alzarte con la victoria.
Es una canción, donde cada letra esconde un sentimiento que te describe lo mejor posible en cualquier situación en la que te encuentres.
Es un misterio en el que tienes que ejercer como el mejor de los detectives para descifrar sus enigmas y descubrir pistas que te lleven a tu destino.
Es una meta con numerosos obstáculos en tu camino, donde tienes que esquivarlos todos, levantarte si tropiezas, acelerar o frenar cuando sea necesario, y disfrutar de tu victoria cuando la alcances.
La vida es un promesa llena de palabras, que espera que se conviertan en hechos.

Ahora se cierra un libro, pero comienza otro. Empieza un nuevo año cargado de ilusiones, de alegrías, de esperanzas… lleno de fuerza. Este 2013 ha podido ser el peor año de nuestras vidas, o quizás el mejor pero aún no nos hemos dado cuenta de ello. De todas formas, este año nos ha dejado miles de historias que contar; miles de anécdotas que narrar; miles de risas inesperadas, llantos y lágrimas liberadas; miles de recuerdos que recordaremos hasta nuestros últimos días; miles de sueños alcanzados o que esperan ser alcanzados; miles de fuerzas liberadas; miles de esperanzas para el nuevo año. Hemos podido conocer a muchas personas que han conseguido sacarnos una sonrisa en nuestros peores momentos, o quizás solo a una que ha logrado salvarnos la vida. Hemos aprendido numerosas lecciones valiosas para nuestro futuro, por las que son grandes tesoros. Hemos llorado y reído lo inimaginable, y hemos soñado quizás más de lo que deberíamos. Solo sé, que aunque halla sido el peor o el mejor año, estoy completamente segura de que nada de lo ocurrido será en vano. Las buenas acciones, los esfuerzos, y la buena fe, serán compensadas tarde o temprano. Tan solo hay que guardar las esperanzas, no tirar aún la toalla, y aprender de todas estas lecciones que hemos aprendido durante todo el año, y toda nuestra vida.

Me gustaría agradecer a todas las personas que han estado conmigo siempre, apoyándome y sacándome sonrisas cuando más lo necesitaba. Sin duda, son grandes personas, grandes joyas.
No tengo nada más que decir, creo que ya lo he dicho todo. Y así me despido, deseándoles a todos unas Felices Fiestas, y un Próspero Año 2014.


sábado, 21 de diciembre de 2013

Capítulo XVII- No estás aquí para complacer a nadie, solo para cumplir tu misión.


¿Para qué hemos venido al mundo?
¿Para tener una familia?, ¿para salvar vidas?, ¿para enseñar nuevos conocimientos?, ¿para ayudar a quien más lo necesite?, ¿ o para cambiar el mundo tal y como lo conocemos ahora? Cada persona tiene su propia misión: al nacer se le asigna, y muere cuando la ha cumplido. Todos nacemos por algo, para conseguir una meta muy importante de la cuál no somos conscientes del todo y pensamos que no la podemos conseguir, aunque siempre a estado más cerca de lo que nosotros pensamos: la felicidad.
Cuando pienses que nada te sale bien, que no vales nada, que estás triste y deprimido sin ninguna razón, o cuando todo lo ves negro, piensa que estás aquí por algo, y que tu momento aún no ha llegado, pero llegará. Algún día alcanzarás todas tus metas, encontrarás la verdadera felicidad, y lograrás cumplir tu misión.
 Todo llega a su tiempo. Disfruta de las oportunidades que te ofrece la vida, vive cada día como si fuera el último, sueña como si no existiera el mañana, y sobre todo, sonríe. Una sonrisa es capaz de derribar miles de muros y obstáculos que se interpongan en tu camino. 
Aun a veces no seas capaz de sonreír, inténtalo, aunque solo sea para ocultar tus problemas. Recuerda que la sonrisa más bella llega después de la lágrima más dolorosa. 
No estás aquí para complacer a nadie, solo para cumplir tu misión. Sé tu mismo, y sé feliz. 
Olvida las heridas, acepta los retos, supera los obstáculos, sonríe ante todo, y conseguirás hallar la felicidad. Pero sobre todo, tienes que ser fuerte. Nunca lo olvides.